lunes, 7 de junio de 2010

Esto, ni es ejército, ni es na´

Nos han contado que el 23F fue un intento de golpe de estado de unos militares contra el poder civil. No digo yo que no, pero las consecuencias –algunas de ellas– fueron que el rey salió fortalecido –y hasta ahora– en la época en que el Juan Carlos I borboneaba como en los mejores tiempos de sus antepasados. Otra consecuencia fue que el ejército dejó de existir como institución. No solo el ejército en su conjunto, sino que cualquiera que haya llevado el uniforme queda estigmatizado como ciudadano, y ya no te digo como aspirante a entrar en la casta política.

Este ninguneo ha llegado a su más miserable plasmación pública, en las humillaciones que Calígula Zapatero, a través de su caballo Chacón, está realizando últimamente a la milicia española. Les cambian el procedimiento de ascenso para que sea el comisario político el que tenga la última palabra. Les niegan las medallas a los fallecidos en combate. Les retiran de los actos religiosos tradicionales. Transforman el museo del ejército de Toledo en el museo de la vergüenza militar. Y lo que llegará.

Igual son paranoias mías, pero esto me suena a atornillamiento de la institución que tiene la misión constitucional de “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional” (art. 8), tal y como recordó en su famoso discurso mi paisano, el teniente general José Mena Aguado, en la Pascua Militar de 2006. ¿Será porque la ministra de Defensa es una progre antiespañola?

3 comentarios:

  1. Anónimo7/6/10 14:08

    La conspiraciònnnnnnnnn??? jajjajaja

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  2. La sociedad española está muy poco preocupada por el ordenamiento constitucional y una buena parte incluso estaría muy tranquila con un territorio menos íntegro. Pregúntele a cualquier padre si estaría dispuesto a que muriera su hijo por defender Ceuta o Melilla, o a cualquier joven si estaría dispuesto a matar por lo mismo.

    El ejército es un reflejo de la sociedad, en el que sólo se lavanta alguna voz cuando se les toca el bolsillo o los ascensos. Cuando se les considera una ONG o se discute su participación en un conflicto aun estoy esperando oir de algún mando lo que sería de esperar: ¨Somos militares y nuestro trabajo y por lo que nos pagan es matar y morir.¨ Y esto no sería indisciplina ni falta de respeto al gobierno de turno.

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  3. Siempre me encantan los Anónimos. Nunca dicen NADA. Solo asoman, sueltan una parida y adiós. Con el ejercito hacen y harán como con todo, aniquilarlo. Nada sirve salvo los partidos políticos. ESTOS partidos políticos, dueños de todo ya.
    A Caribbeanomics: Ningún padre estaría dispuesto, pero sobre todo ningún hijo moriría por nada ya. POR NADA. Y eso incluye muchas cosas, TODAS. No morirían, pero tampoco lucharán ni se esforzarán ni se ganarán nada. Ya nos hemos ocupado de eso estos últimos años.

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Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.