Mucha música y pocos fuegos
Nos vendieron el espectáculo pirotécnico de ayer noche como la repanocha, en cambio, fue un churro y, además, peligroso.
Empezaré por lo menos importante; por la porquería de espectáculo. Los espectáculos que mezclan fuegos artificiales con música son muy bonitos, cuando están acompasados, pero en el de ayer –como queremos que dure mucho tiempo gastando pocos cohetes–, pues no se consigue. Súmale, que no apagaron las farolas del recinto donde estábamos viéndolo y que estábamos tan cerca de la zona de lanzamiento que había que levantar mucho la cabeza para visionarlo, eso cuando no la agachabas para que no te cayese la cellisca que desprendían los fuegos en los ojos.
Pero lo realmente negativo fue la peligrosidad del evento. Este año, algún listo/a decidió que la “Isla Dos Aguas” era el lugar ideal para disfrutar de los fuegos artificiales. Un recinto cerrado, con una única entrada y salida; la otra no pudo utilizarse porque el puente peatonal colgante no está para muchos trotes. Como los cohetes estallaban justo encima de nuestras cabezas, la cellisca nos caía encima y alguna aún encendida. Esto provocó un conato de avalancha que no fue a más pero si llega a provocar un tumulto, no habríamos salido de allí. Si cuando terminó, saliendo con orden, se formó un monumental atasco en la salida del recinto, ¿qué habría pasado en una estampida?
Y me pregunto:
¿Dónde estaba la concejala de festejos? Por la mañana estaba cebándose en el mercado medieval pero por la noche no la vi.
¿Para que sirve el Consejo Municipal de Fiestas?, sino consejea en na´ de na´.
¿Dónde están los 40.000 programas de fiestas que en muchos barrios aún no han llegado? Ni los del año pasado, ni los del anterior,…
¿A dónde va todo el presupuesto de fiestas, si lo caro es pagando y el resto lo financian los patrocinadores?