lunes, 5 de diciembre de 2011

La verdad en quiebra

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que representa a más de 650 víctimas directas de la masacre de los trenes de Atocha, presidida por Ángeles Domínguez y que está personada en todas las causas judiciales aún abiertas y que están relacionadas con los atentados del 11-M, está a punto de disolverse por falta de fondos.

Si quieres que la verdad sobre el 11-M tenga, algún día, la posibilidad de conocerse ayuda a esta asociación. Los medios para hacerlo son:

Llamando al teléfono de la asociación: 91 3118432.
A través de su página web.
Ingreso en el número de cuenta 2038 1766 55 6000436375.

11-M: SEGUIMOS QUERIENDO SABER

2 comentarios:

  1. Una cosa es querer saber y otra inventarse una realidad alternativa. Esto me recuerda las discusiones sobre si el hombre subío realmente a la luna.

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  2. Días atrás, José Mujica, Presidente del Uruguay, habla con Chávez y Morales en las reuniones de la CELAC. Dice con convencimiento de viejo y rabia de urgencia: “¡O las embarazadas de nuestros pueblos comen bien o sus niños van a arrastrar ese problema toda la vida!” Dolor de gente. Dolor antiguo que llevó a Mujica a la cárcel. Y a Dilma Roussef, y a García Linera, y a Raúl Castro, y a Hugo Chávez. Y a tantos otros cientos de miles. Cárcel, muerte, oprobio. Pero al final ganaron. Entraron a la política desde la calle. Guerrilleros convertidos en gobierno.

    Europa tiene reyes, armas nucleares, bancos internacionales primas de riesgo y promesas de jornadas laborales interminables. En Suramérica hablan de romper con un norte que les ha invadido, robado el gas y el petróleo, los minerales, los frutos y las plantas. Un norte que les ha saqueado aerolíneas, trenes, comunicaciones, la tierra y el agua. Con ayuda de una oligarquía criolla, blanca y eterna, que veraneaba en Miami, en París y en Madrid. El nacimiento de la CELAC estaba lleno de negros que ya no son sombras.

    33 países, 600 millones de personas, la reserva de petróleo, gas y agua del mundo, de la biodiversidad, de las culturas ancestrales. Ni China ni Europa entienden la madre tierra. América Latina sí. En la CELAC hablan de la Pachamama. Otra tarea para el Sur americano que no van a resolver en otros lados.

    La OEA, dijo el Che, era el Ministerio de Colonias de los EEEUU. Expulsaron a Cuba después de la revolución, y el continente calló. Calló también cuando dieron el golpe contra Allende. Calló en el golpe contra Chávez. Demostró su impotencia en el golpe contra Honduras. Ahora, ha recuperado la voz y ya no necesita gendarmes. Decidir en el sur los problemas del sur.

    Europa se creó sobre las cenizas del fascismo. La CELAC, sobre las cenizas del neoliberalismo. Sin Hitler, no habría UE. Sin EEUU, no habría CELAC. Chávez lo entendió y se montó en la grupa de Bólívar para señalar al norte por su responsabilidad y su amenaza. Por eso Mr. Danger. Por eso Pitiyankis. Por eso tenía que oler a azufre en Naciones Unidas. Para que el continente despertara. Para ver a quien no te deja ser.

    Europa tenía mucho y lo está perdiendo. América Latina no tenía casi nada y lo está ganando. Europa está sumida en el miedo. América, en la esperanza. Apenas está naciendo. Queda todo por delante. Toma aire para lanzar el salto. Europa resuella sin fuelle. Europa suspira, Américase llena de oxígeno los pulmones. Con la misma madera, puedes hacer ataúdes o violines.

    La CELAC nace con voluntad de ser. No se le escapan los problemas. Apostar por la ampliación en vez de por la profundización es generoso. Sentar en la misma mesa a quien podía ser el Israel de los Estados UNidos en la zona -Colombia-, al país condenado a compartir miles de kilómetros de frontera -México- o al gobierno que no sabe hablar mal de Pinochet -Chile- es un reto que merece la pena sólo fuera por la invitación a estos gobernantes de que vuelven a a mirar hacia el Sur.

    En Europa, el núcleo duro lo componen los más egoístas -Alemania y Francia-; en la CELAC, los más desprendidos -los del ALBA-, venturoso viaje y buen fin sin duda, sin imperialismos.

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