viernes, 18 de enero de 2013

La corrupción que nos ahoga

"Los políticos, además de ser honrados, tenemos que parecerlo, por lo tanto, que se investigue a fondo". Palabra de Esperanza Aguirre en Madrid, en medio de escándalos que se acumulan y de amenazas de más. Luis Bárcenas no sólo tenía una cuenta en Suiza con 22 millones de euros sino otras dos en Estados Unidos con 2,5 millones. Y esto en el mismo país en el que el devoto partido catalán Josep Antoni Durán i Lleida se financiaba con el dinero de la Unión Europea para formación de los trabajadores; en el que Oriol Pujol, mano derecha de Artur Mas y heredero de Jordi Pujol, es acusado de viajar a Suiza con bolsas llenas de billetes de banco. Es el país de Gürtel, de Francisco Correa y de José Blanco. Un país en el que los ciudadanos piensan que todos los políticos y todos los partidos son corruptos (y tienen cada vez más razones para creerlo); y en el que se indignan cada vez más no contra los ladrones, sino contra todos los políticos (y harán falta muy buenos argumentos para convencerlos de otra cosa).

Termine de leer el acertado artículo “España como botín de una plaga de mercenarios de la política” colgado por Pascual Tamburri en elsemanaldigital.