lunes, 30 de junio de 2014

La transición ha abdicado, viva la democracia

La abdicación de Don Juan Carlos en su hijo, el rey Felipe VI, ha sido saludada por un vertiginoso cambio de caras en la política española, asociado en muchos casos a un incuestionable recambio generacional. A la juventud sobradamente preparada del nuevo monarca se ha sumado inmediatamente la juventud ruidosa y de discurso vacío de los aspirantes socialistas, la juventud de los nuevos caudillos revolucionarios de Podemos y la juventud responsable del líder de Ciudadanos de Cataluña. Aún Cayo Lara se resiste a ceder el testigo a Alberto Garzón, que le asedia a librazos, golpes de tertulia y disparos tuiteros. En el partido del Gobierno, concentrado en perder el poder con estrépito, y ajeno a su desgraciada suerte, no se atisban cambios generacionales a la vuelta de la esquina.

La carrera de jubilaciones en la política española ha empezado y continuará inexorablemente. Es ley de vida, aunque a algunos ponga nerviosos. Es verdad que la juvenilización de la política es un mantra como otro cualquiera, y que no resolverá por sí misma los graves problemas de nuestro tiempo. Pero también es verdad que aquí ha llegado la hora de licenciar sin honores a la generación de políticos más nefastos, corruptos y mediocres de la historia de España.

Termine de leer el artículo “Cambio de rumbo, y no sólo de timoneles” colgado en Libertad Digital por Santiago Abascal.

Y si no le ha quedado del todo claro, lea también el artículo “La teoría del caos y el caso del ratón con coleta” del Jesús Cacho, en Vozpopuli.

1 comentario:

  1. vendiendo el edificio de la Diputación para hacer una mezquita podrian alimentarse correctamente lkos niños de Palencia durante una decada

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