viernes, 19 de septiembre de 2014

Ya nada será igual

Irresponsables. Es la palabra que define a David Cámeron y a los que le aconsejaron permitir celebrar el referéndum para la secesión de Escocia del Reino Unido. Ayer, cuatro millones de escoceses decidían sobre el futuro de un país de sesenta y cuatro millones de habitantes. Todo un logro democrático. Porque la democracia “moderna” establece que una minoría puede decidir sobre una mayoría, siempre y cuando esta minoría se proclame como “pueblo” y catalogue a sus contrarios como “fascistas”.

Para evitar que esta estupidez terminase en desastre, los unionistas, poco antes de la consulta, se comprometieron a realizar la mayor descentralización de la historia del Reino Unido si ganaba el “no”. Todo muy pensado y meditado. Los españoles sabemos mucho de descentralizaciones a lo loco, llevamos soportándolas durante los últimos treinta años. Algo que debería hacerse con un profundo estudio previo, buscando la eficiencia, la eficacia y la efectividad –que no son lo mismo– del reparto de competencias entre las distintas administraciones para conseguir un mejor servicio al ciudadano, dueño y soporte último de la organización del estado, en cambio se hace a golpe de proclama electoral.

“Ya se ha cerrado este debate” ha proclamado el primer ministro David Cámeron. Pues lo lleva claro. Ahora que los secesionistas escoceses han comprobado que los políticos británicos son como los españoles, que si les presionas te dan competencias (poder). Mañana no, que es domingo, pero el lunes volverán otra vez a pedir un referéndum para la independencia, porque han visto que a la próxima igual la consiguen.

Coda: Artur Mas aprende: “¿Debería Escocia ser un país independiente?”. Esto es tenerlo claro y demostrarlo.

1 comentario:

  1. Lo mejor de todo esto es que como decía El Roto en una viñeta, las banderas de todos los patriotas las confeccionan los chinos.

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