domingo, 10 de enero de 2016

La única solución posible

Por mucho que Antonio Hernando afirme categóricamente que el PSOE no se abstendrá para permitir un gobierno del PP, tengo claro que sí lo harán, aunque él no sea consciente de ello. Porque por muchas cuentas que eches, salvo que te hagas trampas al solitario, solo hay dos opciones tras los resultados del 20-D, o acuerdo PP, PSOE y Ciudadanos o nuevas elecciones.

Teniendo en cuenta que unas elecciones nos dejarían el mismo resultado. Que suba 10 diputados el PP, que bajen otros 10 el PSOE o viceversa, que Ciudadanos se quede con 20, o que suba a 80, en vez de los 40 actuales, seguiría dando como resultado que solo se formaría gobierno con el acuerdo de PP, PSOE y Ciudadanos, eso sí, habiéndonos gastado varios meses y otras elecciones. Además, ahora que los secesionistas han conseguido formar gobierno en la autonomía catalana, no nos podemos permitir tener paralizado al estado varios meses más. Por lo tanto, cuando solo hay una solución, nos gustará más o menos, pero esa es la única.

Para arribar este barco a buen puerto, quien lo tiene más difícil es el PSOE, tantos años aplicando el “cordón sanitario” al PP que ahora este puede ser su horca. En realidad al PSOE lo mató Zapatero, al disfrazarlo de partido radical y ahora cuando al PSOE le toca actuar como lo que es, uno de los partidos serios que sostienen la España constitucional, probablemente se rompa. Menos mal que esta partida se juega en Madrid, villa y corte, recalcando lo de CORTE, y no, por ejemplo, en Dueñas porque si así fuese por seguir fingiendo un par de días más que el PSOE está vivo, algunos serían capaces de hundir a España. Que tampoco pasa nada porque desaparezca el PSOE, hay un importante sector de la sociedad española que se siente de centroizquierda y ese espacio nunca lo van a ocupar los perroflautas, así que siempre habrá sitio para un partido socialdemócrata en España.

Los tiempos en política son fundamentales y el pacto PP, PSOE y Ciudadanos no está maduro. Si ahora se presenta Rajoy en las cortes para ser elegido presidente y saliese en la segunda votación con la abstención de PSOE y Ciudadanos, tendría la abstención de los 90 diputados socialistas pero no la de sus 5 millones y medio de votantes. Para que este pacto funcione es necesario que entre los votantes socialistas haya el mínimo de resistencia posible y para ello es necesario que Pedro Sánchez intente llevar a cabo su pacto de izquierdas porque es necesario que nadie pueda echarle en cara que no lo ha intentado. Este frente de izquierdas fracasará porque no conseguirá el apoyo de Podemos y aunque lo consiguiese le seguiría faltando la abstención de Ciudadanos para que le saliesen las cuentas.

Tras este intento fallido de crear el frente de izquierdas será el momento de llevar a cabo el pacto PP, PSOE y Ciudadanos. El PSOE tendrá que venderlo como un acto de patriotismo, de responsabilidad, de sacrificio por España. Afirmará, y con razón, que permitir al PP formar gobierno es el mal menor. Habrá que darle un nombre con gancho, como “El pacto por España”. Y tendrá que sacar cierto rendimiento político por el sacrificio, como puede ser presidir el Congreso, la derogación de la reforma laboral, que Rajoy no sea el presidente, etc. Algo que le sirva para intentar salvar la cara ante su electorado.