sábado, 4 de junio de 2016

Saber estar

Tras la disolución de las cortes generales, el pasado día 3 de mayo, todos los diputados y senadores han dejado de ostentar dicho cargo, pasando a ser unos simples parados. Parados de lujo, ya que se han cobrado una sustanciosa indemnización y seguirán cobrando el sueldo hasta la constitución de las nuevas cortes, pero protocolariamente al mismo nivel que su vecina del quinto, pero algunos no se han dado cuenta o no han querido darse cuenta.

El 24 de mayo, la ministrina de Economía y Hacienda de Castilla y León, Pilar del Olmo, visitaba el parque de proveedores de Renault. Con sorpresa pudimos observar que en esta visita institucional se colaba José Antonio Rubio Mielgo, uno de esos parados de lujo que comentaba antes. El PSOE recriminó al exsenador su actuación y este para justificarse alegó que acudió a esa cita “como vecino de Villamuriel” (escuchen el audio). Yo creo que no anduvo fino ciudadano Mielgo (en inglés, citiken Mielgo) en su explicación, tenía que haber dicho que estaba allí haciendo prácticas para que no le retirasen su prestación de desempleo. Con ponerse una chaquetilla gris habría bastado para que colase.

El primero de este mes, los Reyes de España, en la Catedral de Palencia, entregaban los Premios Nacionales de Cultura del año 2014 y 2015. Por primera vez este acto se celebraba fuera de Madrid (el año pasado ni se celebró) y, a solo 25 días de las elecciones generales, se hizo en la provincia por la que el anfitrión se presenta como cabeza de lista al congreso. El que, tras la machada de “Palencia no vota a los comunistas”, ha pasado a ser conocido como el Barón Rojo del PP, aprovecha la escoba del presupuesto para barrer para su casa. En realidad su casa está en Madrid a Palencia solo viene a por el cargo.

Pero el despropósito de la ceremonia de la entrega de los Premios Nacionales de Cultura no acaba ahí. A esta ceremonia no se había invitado a ningún parado, ni de lujo y, que yo sepa, de los normales tampoco. Pero cinco o seis días antes de la cita, en el email de los cuatro exsenadores y de los tres exdiputados nacionales llegó sorpresivamente una invitación para acudir a la Catedral. Cuando esto se supo e intentando evitar que se notase la barredura, desde fuentes próximas al Ministerio de Cultura se afirmó que los candidatos a las elecciones del 26-J estaban incluidos en las invitaciones, cosa que no era cierta, solo estaban invitados los parados de lujo y supongo que por la llantina de alguno de ellos.

Estas jugaditas puede que den votos, pero el ridículo y la devaluación de la, ya muy devaluada, imagen que los políticos tienen ante la ciudadanía, que llevan como contrapartida, es algo que considero que debería llevar a algunos a reflexionar si realmente es necesario llevarlas a cabo.